domingo, 15 de marzo de 2009

Monstruos-2parte-



Hay que reconocer las balas en el cieno,

y escuchar a la sangre

que murmura en las venas.

Hay que saber bañarse en las tumbas cercanas,

y dejar para siempre el amargo recuerdo

de unos labios ausentes.

Tengo que sumergirme en los charcos de angustia

y salir renovada,

agradeciendo el aire.

Sentir en plena cara los aullidos del miedo,

y encarar a la noche

con un doble silencio:

Uno, por ser metálica, inmune a sus venenos.

Otro, por encontrarme al borde del abismo.

Y saber arrojarme.

Y ahora cuento con eso:

Con toda la impalpable certeza de estar conmigo misma.



Definición de lo más abisal y frondoso de la sangre y nuestra existencia.

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